domingo, 8 de diciembre de 2013

Montamaleta | En Laponia hace frío pero yo me río


Disfrutar de las vistas desde el tope de una solitaria montaña nevada. Una puesta de sol a mediodía, o un día de noche. Conocer al verdadero Papá Noel. Un paseo en trineo tirado por renos. Intentar acariciar a un zorro ártico y que un oso polar te devuelva el saludo. Descubrir que Hedwig nunca murió. Caer de cabeza en más de un metro de nieve. Hacer un cambio de temperatura de 90 a -23 a 4 grados centígrados para darte un chapuzón en el océano Ártico en diciembre.

Algunas de las cosas que solo se disfrutan realmente en Laponia. Una de esas experiencias que no se viven lo suficiente si no se repiten.